Antes de nada, aprovechamos la ocasión para felicitar al diario LANZA por sus 75 años de historia, que, de alguna manera es la historia de Ciudad Real y de todos los pueblos de la provincia. Nos unimos también a la felicitación por haber sido nombrado “Ciudadano Ejemplar 2018” por el Excelentísimo ayuntamiento de Ciudad Real.
Desde hace varios días casi todas las mañanas oímos la misma noticia: “ un número x de africanos subsaharianos han logrado arribar a nuestras costas a través del mediterráneo”; según las mismas fuentes los centros de acogida en las ciudades costeras ya están saturados, no se sabe qué hacer con todas esas personas, parece que incluso están adaptando barcos para tenerlos en el mar y no pasen a suelo español, que es suelo europeo. Desde cualquier ángulo que se mire o examine el problema la única conclusión cierta es que el tema es un verdadero drama: drama humano porque, detrás o encima de cada persona que logra llegar, se acumula mucho sufrimiento, mucho dolor, muchas lágrimas, mucha pobreza, muchas humillaciones, muchas soledades, muchas hambres y muchas sed, añadiendo el drama de haber dejado atrás sus raíces, sus padres, su familia, sus difuntos, sus ancestros, su infancia, su vida…
También un drama social tanto en los países de donde vienen, que pierden la fuerza y juventud de los que salen, dejando pueblos de personas mayores, agudizando una vez más la pobreza, así como un drama social en los países a los que llegan, instalados en su “bienestar”, muy lejos de los problemas reales que viven los habitantes de muchas regiones del planeta y que, de repente, se encuentran con un problema que, en muchas ocasiones, sobrepasa las capacidades que tienen como país, lo que, a su vez, despierta problemas de nacionalismos, de fronteras, de racismos étnicos y económicos.
Muchas veces y desde hace mucho tiempo me he preguntado por qué vienen a nuestros países, qué nivel de desesperación tendrán para iniciar ese camino tan largo y doloroso de la migración, sobre todo cuando sus países tienen recursos más que suficientes para mantener a todos sus habitantes dentro de unos estándares mínimos de dignidad: salud, educación, trabajo, vivienda y protección social. Aquí es donde se mezclan la pobreza y la desigualdad. Los países que no distribuyen sus recursos generan grandes desigualdades, que, inexorablemente, desembocan en pobreza extrema de una gran parte de sus habitantes y del propio país.
Y otra vez, nos topamos aquí con la hipocresía de los países del mal llamado “mundo desarrollado”. Si oyes a cualquier político, te dicen que la solución está en invertir en los países de origen, pero en el reflejo de los presupuestos, si en algo aparece la cooperación internacional al desarrollo, es para recortar las escasas partidas existentes. En los últimos años, amparados bajo el paraguas de la crisis, (estafa), los niveles presupuestarios para los países de origen han disminuido de manera alarmante. En España un 78%, en Castilla La Mancha, de 2011 a 2016, se recortó en un 96`6%. Afortunadamente hemos vuelto a retomar, quizá muy tímidamente, el que dentro de los presupuestos vuelva a estar presente la cooperación al desarrollo. Ojalá pronto alcancemos como mínimo el famoso 0`7%.
¿ Qué inversiones en educación, nuevas tecnologías, salud, seguridad alimentaria, erradicación del hambre y la pobreza, grandes infraestructuras, fomento de la democracia, los Derechos Humanos, El Derecho Internacional, la protección de la infancia y los mayores y, en general, los colectivos más vulnerables, la protección del medio ambiente…?. Si los países no alcanzan niveles aceptables y sostenibles de desarrollo, el problema de las migraciones seguirá existiendo con la misma fuerza o mayor que la que tenemos en la actualidad. No ver esto con claridad y no ponerle remedio de una vez por todas, es de una ceguera que raya en la locura y la autodestrucción.
Desde las ONG, en concreto desde SOLMAN, una vez más denunciamos las políticas europeas sobre inmigración y refugiados y les exigimos que dejen a un lado tanta cumbre y tanto discurso y que, de verdad, inviertan en los países de origen y cumplan con los convenios y tratados internacionales y los Derechos Humanos. De la misma manera pedimos a la sociedad en general que desarrolle la empatía, que haga suyos los problemas de millones de seres humanos y exija a sus gobernantes políticas que favorezcan un mundo más habitable para todos. Creo que hasta que la sociedad no haga suyo el problema de la pobreza en el mundo, no se encontrará una solución aceptable.
Un año más nos sumamos a esta publicación extraordinaria con motivo de las fiestas de Ciudad Real y deseamos a todos los ciudadrealeños unos días de descanso merecido viviendo y disfrutando las fiestas patronales en honor a la Virgen del Prado. Al mismo tiempo, les invitamos a la reflexión y a ver el mundo más allá de nuestras fronteras. Desarrollemos la empatía y trabajemos por una ciudadanía global. Felices Fiestas.
Lucio García Leal
SOLMAN