LAS OTRAS NOTICIAS (395)
6 de Octubre de 2025
FUENTES: Cadena Ser, El País, eldiario.es, Público, InfoLibre, El Salto, Rebelion.or, Loquesomos, La Marea, Resumen Latinoamericano, El Boletín.
“PLAN DE PAZ” PARA CONTINUAR EL GENOCIDIO
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó recientemente un nuevo “plan de paz para Gaza”, exigiendo a Hamás liberación de los rehenes israelíes y proponiendo un alto el fuego inmediato y la instalación en Gaza un “gobierno tecnocrático” bajo la tutela de una “Junta de la Paz” presidida por el propio Trump.
Hamás ha tomado nota del plan y ha manifestado su disposición a liberar a los rehenes, pero pide que se precisen las fechas de la retirada israelí de Gaza; que sean los palestinos quienes gobiernen su territorio; que se levante de manera verificable el bloqueo impuesto sobre la Franja desde hace veinte años; que quede claramente definido el compromiso para establecer un Estado palestino real…
Los analistas coinciden en señalar que no se trata propiamente de un plan de paz, sino un ultimátum de rendición a la milicia Hamás, a la que Israel no ha podido doblegar militarmente pese a dos años de genocidio. Israel busca la aniquilación total de Hamás, y el plan se sitúa en esa perspectiva, colocando a los gazatíes ante el dilema de la continuación del genocidio o el establecimiento de un régimen colonial de apartheid.
¿Qué puede significar el “plan de paz” hoy y mañana para los habitantes de la ciudad de Gaza, que siguen siendo bombardeados y ametrallados en el marco de la “toma” de la ciudad por parte del ejército israelí, donde utiliza viejos vehículos militares teledirigidos cargados de explosivos para arrasar la ciudad, de la que ya han salido cientos de miles de gazatíes hacia el Sur? Ellos se enfrentan a una elección imposible: quedarse y sufrir la ofensiva militar o abandonarlo todo para desplazarse al sur, donde tampoco hay recursos ni seguridad.
El genocidio se ha cobrado ya al menos 66.280 muertos y 169.000 heridos. La mayoría de los muertos (unos 50.000) son mujeres (30.000) y niños (20.000). Los muertos por inanición suman 453, entre ellos 151 niños. Es una guerra dirigida contra civiles palestinos, culpables de existir como pueblo.
En nueve de cada 10 familias, los adultos sacrifican parte de su escasa ración de comida diaria para dársela a sus hijos. Los niños que consigan sobrevivir a las infecciones y a la falta de alimentos, sufrirán consecuencias toda su vida en su salud y su esperanza de vida.
Mientras tanto, crece la solidaridad con Gaza, sin precedentes recientes, en todo el mundo, plasmada en manifestaciones multitudinarias y otros gestos.
LA FLOTILLA QUE SIGUE
Era lo esperable. Unos 20 barcos de la armada israelí interceptaron a la Global Sumud Flotilla (44 pequeñas embarcaciones y 473 activistas en ellas), los llevaron al puerto israelí de Ashdod, los interrogaron y los mandaron de vuelta a sus países.
La flotilla había salido un mes antes desde Barcelona, y pretendía llevar ayuda humanitaria a Gaza, romper el ilegal bloqueo humanitario impuesto por Israel y visibilizar esa problemática. Hizo lo que deberían haber hecho los gobiernos de Occidente. Durante el trayecto había sufrido varios ataques con drones y artefactos incendiarios y tóxicos
La ONU considera ilegal el bloqueo israelí que pesa sobre la tierra, el mar y el aire de los gazatíes. Diversos instrumentos del Derechos Internacional reconocen la necesidad de abrir corredores humanitarios que permitan hacer llegar a la población civil objetos básicos para su supervivencia.
La interceptación, un operativo digno de las mejores películas de piratas, tuvo lugar en aguas internacionales, que Israel ha decretado por sí y ante sí que son suyas. Israel ha infringido el derecho marítimo.
En los pasados 18 años ya hubo otros 20 intentos de flotillas similares, que fueron atacadas, secuestradas o saboteadas por Israel en los propios puertos de salida.
Manifestaciones multitudinarias han tenido lugar en todo el mundo contra ese nuevo atropello de Israel al derecho internacional. Pero Estados Unidos le garantiza el irrestricto apoyo a todo lo que haga, y la Unión Europea y los gobiernos occidentales emiten tibias y vergonzantes declaraciones de condena. Los pueblos gritan cada vez con más fuerza: “Boicot, boicot, boicot a Israel”. Ningún otro lenguaje entiende el Estado paria de Israel. Urge el boicot total, incluyendo sanciones económicas concretas que perjudiquen al régimen, no a los ciudadanos; ruptura de relaciones diplomáticas; embargo de armas; bloqueo comercial, financiero, cultural, deportivo… Sólo eso podría frenar el genocidio.
En tanto, una nueva Flotilla (“Freedom Flotilla Coalition”, con periodistas, médicos, defensores de derechos humanos y abogados de unos 50 países, además de insumos básicos para la población de Gaza) ha salido de Italia y avanza hacia Gaza.
LOS HAMBRIENTOS DEL MUNDO
673 millones de personas en todo el mundo (el 8,2%) padecen hambre, especialmente en África y Asia, y otros 2.300 millones (el 28%) viven en condiciones de inseguridad alimentaria, sin acceso garantizado a alimentos suficientes y nutritivos. Así lo indica un informe del Observatorio Internacional Waste Watcher.
Mientras tanto, cada año se desperdician unos 1.050 millones de toneladas de alimentos (un tercio de lo que se produce) a lo largo de la larga cadena de suministro agroalimentaria. Unos 1400 millones de hectáreas, el 28 % de las tierras agrícolas, se utiliza para producir alimentos que nunca se consumirán. Es una superficie cuatro veces mayor que la de toda la Unión Europea.
El informe también señala el impacto devastador del desperdicio alimentario en el medio ambiente: El desperdicio de alimentos es responsable del 8-10% de la producción de gases de efecto invernadero, que provocan el calentamiento global y las alteraciones climáticas.
EL CALOR EXTREMO Y LAS MUERTES
El verano de 2024, el más cálido jamás registrado, elevó la mortalidad por calor en Europa hasta 62.775 muertes, un 23,6% más que en 2023, según un estudio del ISGlobal de Barcelona publicado en la revista Nature Medicine.
Italia superó las 19.000 muertes vinculadas al calor, seguida de España con más de 6.700.
Las cifras no hacen referencia solo a muertes directas o golpes de calor, sino sobre todo a las complicaciones que las altas temperaturas provocan en enfermedades preexistentes.
El estudio constata que Europa se calienta a doble velocidad que la media global y que en la zona del mar Mediterráneo se concentran los mayores impactos sanitarios.
El estudio calcula que en los veranos 2022-2024 las muertes relacionadas con el calor en Europa fueron más de 181.000, y recomienda como medidas preventivas la alerta temprana, la planificación urbana y la protección a las personas mayores.
En cuanto al verano de 2025, el Ministerio de Sanidad español confirma que han fallecido en España 3.832 personas por calor, en su mayoría personas mayores.
El calor extremo ya no es una anomalía, sino un desafío estructural que exige prevención, protección a los mayores y adaptación de las ciudades y los trabajos a ese clima cada vez más extremo.
EL REARME MILITAR Y SUS CONSECUENCIAS
Nos aseguraron que el enorme aumento en el gasto militar no afectaría a nuestro estado de bienestar, pero ahora el propio Banco Central Europeo ha reconocido que ese gasto impactará sobre la deuda, los intereses y las arcas públicas.
El Stockholm International Peace Research Institute ha advertido que la priorización del rearme militar en detrimento de otras partidas presupuestarias acarreará significativas consecuencias económicas y sociales en las sociedades durante los próximos años.
CUANDO ACCEDER AL AGUA POTABLE ES UN LUJO
2.100 millones de personas en todo el mundo (una de cada cuatro) carecen de acceso al agua potable gestionada de manera segura, según un reciente informe de UNICEF.
Pese a algunos avances, queda muy lejos la meta 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se propone garantizar para 2030 el acceso universal y equitativo al agua potable, así como a servicios de saneamiento e higiene. 3.400 millones de personas aún carecen de esos servicios de saneamiento básico, y 354 millones practican la defecación al aire libre.
Las personas de los países menos adelantados tienen más del doble de probabilidades que las personas de otros países de carecer de servicios básicos de agua potable y saneamiento.
En muchos países de África subsahariana y Asia central y meridional, las mujeres y las niñas son las responsables de recolectar el líquido para sus hogares, un trabajo que les supone más de 30 minutos al día.
¿ES ESTA LA EUROPA QUE QUEREMOS?
Un pesado pesimismo parece adueñarse de nosotros. Ya es inocultable el empobrecimiento sin pausa de las clases medias y trabajadoras europeas, víctimas de una política elitista que siembra desigualdad.
Hace ya más de 20 años, Alemania redujo las pensiones y retrasó la edad de jubilación. Y Suecia, en algún momento paradigma de la socialdemocracia y la justicia social, creó un nuevo sistema de pensiones dependiente de la evolución del mercado. Desde entonces, en diferentes momentos e intensidades, prácticamente todos los países han reducido las prestaciones por desempleo, han recortado las pensiones, han privatizado los hospitales públicos y han reducido las inversiones en sanidad, han rebajado los impuestos de sociedades (a las empresas) y han subido los impuestos indirectos (los que pagamos todos) en aras de la “consolidación fiscal”.
En la agenda de la Unión Europea está permitir a los estados miembros “ser más creativos” en sus acciones para evitar la contaminación (es decir, hacer lo que les parezca, sin atender a las necesidades del planeta); ofrecer a las empresas normas más indulgentes que les permitan eludir las leyes laborales nacionales y los derechos sindicales, recortando derechos y protecciones sociales; eliminar las obligaciones medioambientales de la Política Agrícola Común; mayor permisividad en los planes de transformación obligatorios para que las instalaciones industriales contaminantes sean más limpias, más circulares y respetuosas con el clima…
Por no hablar de la política migratoria, el vertiginoso armamentismo, la fascistización de las instituciones o el vergonzoso apoyo a Israel…
A la Unión Europea parecen interesarle únicamente los beneficios empresariales, mientras a los ciudadanos se nos escapa el estado del bienestar que fue labrándose desde la Segunda Guerra Mundial. Un ejemplo: El 18,5% de ancianos em la Unión está en riesgo de pobreza y de exclusión.
Frente a los grandes retos sociales de la desigualdad, el cambio climático, la inequidad fiscal o la reducción de la biodiversidad, la Unión Europea está ausente.
No. No es la Europa que nos dijeron, ni la que queremos…