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27 de Agosto de 2025
FUENTES: Cadena Ser, El País, eldiario.es, Público, InfoLibre, El Salto, Rebelion.or, Loquesomos, La Marea, Resumen Latinoamericano, El Boletín.
GAZA: GENOCIDIO Y FRACASO MILITAR
Organismos de la ONU han confirmado de manera oficial que en Gaza existe una situación de hambruna, debida a la decisión del gobierno israelí de utilizar el hambre como arma de guerra. "Estamos ante una hambruna que nos perseguirá a todos, porque es una hambruna predecible y evitable, una hambruna causada por la crueldad, justificada por la venganza, propiciada por la indiferencia y sostenida por la complicidad", dijo el representante de la ONU para Asuntos Humanitarios.
Ya se contabilizan 313 personas fallecidas por hambre e inanición, entre ellas al menos 117 niños y niñas. En los últimos 25 días han entrado en Gaza solo 2.187 camiones de ayuda humanitaria, de los 15.000 previstos; es decir, han entrado menos del 15% de la ayuda humanitaria indispensable. Más de medio millón de gazatíes se enfrentan a condiciones catastróficas por el hambre, la indigencia y la muerte.
“No es una guerra, es un genocidio”. Es un eslogan que se repite en las manifestaciones contra el genocidio israelí. Tras 23 meses de guerra de agresión, Israel no ha podido derrotar a la milicia palestina Hamás, aunque ha arrasado a la población y las infraestructuras civiles. Parecería que los objetivos principales son los chalecos que identifican a los periodistas, los carteles de los hospitales, los campos de refugiados, los patios de las escuelas que acogen a niños y refugiados, las insignias de las ambulancias o las colas de hambrientos que esperan recibir una miserable ración de comida.
Las víctimas mortales del genocidio suman más de 62.800 (al menos 18.000 niños y niñas) y los heridos 158.259. Los soldados israelíes han matado a 2.036 personas que intentaban acceder a la ayuda humanitaria. Los informadores muertos alcanzan los 280. También han muerto unos 1.160 sanitarios, unos 310 trabajadores de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos y medio centenar de operarios de la Media Luna Roja.
El 83% de las personas que el ejército israelí ha matado en Gaza son civiles, una tasa extrema de matanza raramente igualada en las últimas décadas de guerras, de acuerdo a una investigación de The Guardian y la revista israelí +972, tomando como base los datos del propio ejército israelí.
¿Cómo interpretar el asesinato masivo de niños, civiles, periodistas y sanitarios? ¿Tiene algo que ver con un estrepitoso fracaso militar? Mientras los soldados israelíes matan niños, mujeres, ancianos, sanitarios y periodistas, parece ser que los milicianos de Hamás se les escapan entre las ruinas de las ciudades.
Recientemente el ejército israelí ha intensificado la táctica del “doble bombardeo”: Bombardear una zona y volver a hacerlo minutos después sobre los equipos de rescate y periodistas que se dirigen al lugar, lo que está prohibido por los Convenios de Ginebra.
LA PAJA EN EL OJO AJENO
El gobierno de Estados Unidos, en su reciente informe sobre la situación de los derechos en el mundo, denuncia un “deterioro” de los derechos humanos en Francia, Alemania y el Reino Unido, y destaca el aumento de la “violencia antisemita” y las “restricciones a la libertad de expresión en esos países”. También vierte severas críticas hacia Brasil y Sudáfrica, donde asegura que la situación de derechos humanos empeoró significativamente, al igual que Venezuela y China.
Respecto a El Salvador, señalado insistentemente por las organizaciones de derechos humanos, indica que "no hubo informes creíbles de abusos significativos a los derechos humanos".
Siempre se dijo que el informe estadounidense sobre los derechos humanos era una herramienta más del gobierno para justificar su política exterior. El reciente informe así lo confirma. Incluso Opositores estadounidenses y ONGs han señalado que se alinea con la política de Donald Trump y no ofrece una imagen sincera de las violaciones de los derechos humanos en el mundo.
China, por su parte, ha publicado un informe sobre los derechos humanos en Estados Unidos, en el que cuestiona la legitimidad moral de Estados Unidos para hablar de derechos humanos. Señala el deterioro del bienestar social y la creciente desigualdad social en Estados Unidos, y acusa a su gobierno de mantener un racismo estructural profundamente arraigado con afroamericanos, latinos, asiáticos y otras minorías sistemáticamente criminalizados, encarcelados y asesinados por la Policía en proporciones mucho mayores que los blancos.
Recuerda que en 2024 hubo más de 40.000 muertes por armas de fuego en tiroteos masivos y escolares, y que la brutalidad policial que se cobró más de mil vidas. Enfatiza el trato inhumano que reciben los inmigrantes indocumentados, que sufren “tortura sistemática, abuso sexual, negligencia médica y confinamiento prolongado”. También denuncia las sanciones unilaterales impuestas a decenas de países, lo que ha agravado la pobreza y obstaculizado el acceso a alimentos y medicinas para millones de personas. Y enfatiza la responsabilidad estadounidense en la grave crisis humanitaria, en el genocidio en Gaza y en la utilización del hambre como arma de guerra.
ÁFRICA: MULTIMILLONARIOS Y POBREZA
También los hay en África. Los cuatro multimillonarios más ricos de África acumulan una fortuna de 57.400 millones de dólares, tanta riqueza como la que poseen en total unos 750 millones de personas, la mitad del Continente, según informa Oxfam.
Esos multimillonarios se llaman Aliko Dangote (de Nigeria, 23.300 millones de dólares), Johann Rupert (de Sudáfrica, 14.200 millones), Nicky Oppenheimer (también de Sudáfrica, 10.200 millones) y Nassef Sawiris (de Egipto, 9.400 millones).
Si ampliamos el foco, encontramos que el 5% de africanos controla casi cuatro billones de dólares, esto es, más del doble de lo que posee el 95% restante.
A principios del siglo XXI, no había multimillonarios en África; hoy se contabilizan 23, sobre todo varones, con una fortuna conjunta de 112.600 millones de dólares.
El más rico (Aliko Dangote) es de Nigeria, donde viven en la pobreza más de 112 millones de personas, casi la mitad de la población. Él y otros cuatro millonarios dominan los sectores del cemento, el petróleo, el gas, la banca, las telecomunicaciones y el sector inmobiliario. Han aprovechado su alianza con las élites políticas para hacerse con empresas privatizadas y convertirlas en monopolios. Con frecuencia pagan tasas impositivas de menos del 1%.
Algo parecido ocurre en Sudáfrica. El régimen del apartheid desapareció en 1994, pero los programas económicos posteriores no se concretaron en un desarrollo para la mayoría de la población negra sudafricana (menos aún de las mujeres). Surgieron algunos líderes empresariales negros, pero dentro del sistema fraguado para favorecer a una minúscula élite. Los millonarios actuales han logrado sus fortunas, además de lo que ya tenían, en los negocios turbios resultantes de la compra de favores gubernamentales. Unos 34,3 millones de sudafricanos (más de la mitad de la población) viven en la pobreza.
Casi todos los países africanos tienen su Dangote, cuya influencia obstaculiza un crecimiento económico justo e inclusivo. Las relaciones políticas prevalecen sobre el mérito y la innovación, en un medio donde se alimenta la corrupción, la falta de eficacia económica y la desigualdad social.
La existencia de millonarios africanos, según Oxfam, significa más una conquista de la élite que un real progreso económico, puesto que encierra a millones de personas en la pobreza.
Una modesta subida del 1% en el impuesto sobre la riqueza y del 10% a los individuos más ricos podría generar 66.000 millones de dólares anuales y contribuir sensiblemente al desarrollo de las mayorías.
EUROZONA: LA INMIGRACIÓN SOSTIENE EL EMPLEO
La inmigración ha sido determinante para la fortaleza del mercado laboral de la Eurozona (19 de los 27 países de la Unión Europea que tienen el euro como moneda común), según reconoce la presidenta del Banco Central Europeo, Cristina Lagarde.
En Alemania, el producto interior bruto hubiera sido un 6% menor desde 2019 sin esa contribución, y en España el aporte de los inmigrantes ha apuntalado el crecimiento después de la pandemia
La llegada de trabajadores extranjeros, que ya representa el 9% de la fuerza laboral del área del euro, han aliviado la escasez de mano de obra y han aportado la mitad del crecimiento del empleo en los últimos años.
En España, la contribución de los trabajadores extranjeros ha sido determinante para sostener el tirón del PIB tras la pandemia y cubrir vacantes en los servicios, la agricultura, la construcción y los cuidados. Las cifras más recientes sitúan a los extranjeros en torno al 16% de la fuerza laboral, y cerca de la mitad de los nuevos empleos desde 2022 se cubrieron con población foránea.
Sin embargo, los gobiernos europeos están poniendo freno a las nuevas llegadas, coincidiendo con el auge de los partidos de extrema derecha.
INMIGRACIÓN Y MUERTE
Enésimo naufragio en las costas de Lampedusa, Italia. Ahora, 26 muertos y varios desaparecidos (es decir, muertos) entre quienes buscaban la vida. En la patera, que había salido de Libia, viajaban unos 100. Ya son 675 los muertos desde principios de año en esa zona (Mediterráneo central)
En cuatro a España, la migración irregular ha disminuido en lo que va de año, cuando han llegado 20.258 personas (18.657 por vía marítima) que representan el 30% menos que en el mismo período del año anterior. A las islas Canarias han llegado unos 10.000 inmigrantes menos, pero han aumentado las llegadas a la Península y a las islas Baleares.
La ONG Caminando Fronteras contabilizó 1.865 personas muertas o desaparecidas entre enero y mayo, con alrededor del 80% de las víctimas en la ruta atlántica. En 2024 las víctimas fueron 10.457.
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha advertido que los recortes “catastróficos” en la ayuda humanitaria provocarán mayores flujos migratorios hacia Europa.
Mientras tanto, Europa aumenta los controles fronterizos, intensifica la externalización y endurece los requisitos para la reagrupación familiar y la solicitud de asilo. Varios países reforman su legislación para ello y para limitar las actividades laborales de los migrantes, o los mandan a terceros países sin darles opción a solicitar asilo.
La disminución de llegadas a España se debe, al parecer, al endurecimiento de los controles por parte de Mauritania. Un reciente informe de la organización Human Rights Watch documenta abusos, malos tratos y torturas contra los inmigrantes y refugiados que llegan al país procedentes de la costa occidental africana, camino a Europa. Con frecuencia son encerrados durante semanas en centros de detención precarios, o expulsados a regiones remotas con poca o ninguna comida, o sometidos a palizas y tortura a manos de las fuerzas de seguridad
Esas fuerzas de seguridad reciben un generoso apoyo financiero y material de la Unión Europea y España.
La investigación pone énfasis en la complicidad europea. Mauritania es un socio clave en el tablero migratorio. España tiene allí desplegados medio centenar de agentes entre policías y guardias civiles. España ha prometido 300 millones en proyectos, cooperación y créditos para inversores, y el control migratorio en Mauritania ha aumentado. Ni España ni Europa han condicionado sus ayudas al respeto a los derechos humanos de los migrantes.
LOS DELITOS DE LOS MENORES
259.000 niños, niñas y adolescentes estuvieron privados de libertad en todo el mundo durante 2024, según UNICEF.
La mayoría de ellos fueron arrestados por delitos menores, como robos de bajo valor, y permanecieron detenidos incluso antes de un juicio.
La detención, dice Unicef, no funciona bien y es sumamente perjudicial para la salud mental y física de los menores, con riesgo de violencia, depresión, disfunción cognitiva, autolesiones y hasta conductas suicidas.
Unicef aboga por alternativas como la justicia restaurativa, es decir, reparación del daño causado por un delito, priorizando a las víctimas y buscando la reconciliación entre ellas y los infractores; por ejemplo, la realización de servicios comunitarios o trabajos reparativos bajo libertad condicional. La detención, sostiene Unicef, debe ser el último recurso.