Las Otras Noticias - 2022 (233)

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18 de Agosto de 2022

FUENTES: El País, eldiario.es, Público, InfoLibre, Hufftinton post, ctxt.es, Cadena Ser, VientoSur, Contrainformación.es, Rebelion.or

GANADORES Y PERDEDORES

Transcurridos casi seis meses de la guerra en Ucrania, ya está claro quiénes son los ganadores y los perdedores.

La guerra y la paranoia armamentista de Europa están enriqueciendo a los fabricantes de armas y a las grandes empresas de combustibles fósiles, cuyos beneficios han aumentado hasta en un 350%. La OTAN se ha fortalecido; sus tropas de combate operativas pasan de 40.000 a 300.000 efectivos, y se expande rápidamente hacia Asia. Las sanciones a Rusia han hecho que Europa dependa ahora de Estados Unidos en la importación de gas y otros productos.

Quienes han perdido son, en primer lugar, los ucranianos, duramente golpeados por esta invasión: muertos, heridos, desplazados, refugiados, infraestructuras destruidas, cosechas perdidas, derechos democráticos erosionados, trabajadores que han perdido sus derechos… También pierde el pueblo ruso: muertos y heridos, dificultades económicas por las sanciones de Occidente, aumento de la represión…

Pierde el sistema alimentario mundial, ya debilitado por el covid-19, el cambio climático y los altos precios de la energía. Pierden los pobres del mundo, que sufren por la carestía de los alimentos debido a la especulación; según el Programa Mundial de Alimentos, unos 50 millones de personas en 45 países están al borde de la hambruna; y, según la ONU, el conflicto podría desnutrir gravemente a otros 13 millones de personas este año.

Pierde la población europea, que sufre carencias y carestías debido a las sanciones a Rusia (que favorecen a Estados Unidos) y ve acercarse una gran recesión económica, con carestía y crecimiento de precios de cara al próximo invierno. Muchos lamentan que Europa haya renunciado a su soberanía exterior y se haya sometido a bailar la música que tocan Estados Unidos y la Gran Bretaña.

La guerra ha supuesto un freno a la urgente lucha contra el calentamiento global; se están construyendo nuevas plantas de gas e incluso se están reiniciando plantas de carbón, y las emisiones de carbono llegan a nuevos récords.

EL HAMBRE EN EL CUERNO DE ÁFRICA

En el “Cuerno de África”, esa región del continente donde se ubican Sudán, Eritrea, Gibuti, Etiopía, Somalia y Kenia, sufre de una grave sequía, que ha diezmado sus cosechas y su ganado, al haberle fallado las cuatro últimas temporadas de lluvias. Ahora, además, se encuentra con la subida de los precios de productos alimenticios básicos, por la guerra de Ucrania.

Millones de cabezas de ganado han muerto y millones de personas se han visto sumidas en la pobreza. Muchas familias ya solo pueden hacer una o dos comidas al día.

Al menos 18,6 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia viven con inseguridad alimentaria aguda y malnutrición creciente, cifra que podría aumentar a 20 millones en septiembre (Sólo en Somalia más de 800.000 personas han debido abandonar sus hogares y más de siete millones se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria). Entre ellos hay más de siete millones de niños y niñas que sufren desnutrición aguda, y dos millones se enfrentan a desnutrición aguda grave.

Las previsiones indican que la crisis se agravará en los próximos meses.

PERO, ¿QUÉ INDICA EL PIB?

El Producto Interior Bruto es el indicador económico que refleja el valor de los bienes y servicios producidos en un país durante un periodo determinado. Si se divide por el número de habitantes del país se obtiene el PIB per cápita o por habitante. Su crecimiento es sinónimo de crecimiento económico.

Pero, ¿es el PIB un indicador para medir el bienestar de la ciudadanía? No, porque mide la riqueza, pero no cómo se reparte. El PIB puede crecer mientras crecen la pobreza y la desigualdad. En España, por ejemplo, el PIB per cápita creció un 20% entre 2013 y 2019, mientras la pobreza crecía un 21%. Es decir, el incremento del PIB por sí solo no produce una reducción de la pobreza.

Dicho en otros términos, el PIB y el PIB per cápita pueden crecer porque aumenta la riqueza de los más ricos. Y es que hay muchas cosas en “la economía” que no son buenas para el conjunto de la sociedad…

EL SALVADOR: DELINCUENCIA Y DERECHOS HUMANOS

A finales de marzo pasado, el gobierno de Nayib Bukele decretó el estado de excepción en El Salvador para luchar contra las organizaciones de jóvenes delincuentes (“maras”) que agrupan a unos 70.000 miembros, a los que califica de terroristas.

Desde entonces, unas 48 000 personas han sido detenidas y encarceladas, acusadas de formar parte de pandillas, aunque familiares de detenidos y organizaciones de derechos humanos han advertido que muchos no tienen ningún vínculo con esas estructuras delictivas. Amnistía Internacional dice que las autoridades salvadoreñas han cometido violaciones masivas de derechos humanos, como detenciones arbitrarias, violaciones al debido proceso, tortura y malos tratos. Al menos 65 personas han fallecido en las cárceles o en calabozos de la policía; la mayoría de ellas presentaban señales evidentes de violencia física.

BRASIL: ELECCIONES E INCERTIDUMBRE

Cuando aún falta mes y medio para las elecciones en Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva encabeza las encuestas de intención de voto con un 47%, mientras su seguidor, el actual presidente Bolsonaro, le sigue con el 30%.

Los 213 millones de brasileños han visto cómo sus rentas han venido cayendo sin cesar en los últimos seis años. En las grandes ciudades el 23,7% de la población vive en pobreza (menos de 91 dólares al mes per cápita) y el 6,3% en extrema pobreza (menos de 32 dólares).

Bolsonaro ha aprobado recientemente un paquete de ayudas sociales que pretenden alcanzar a unos 60 millones de personas, en un intento por ganarse voluntades, que parece que está haciendo aumentar las intenciones de voto para él.

Como es costumbre de la más rancia derecha desde hace casi un siglo, Bolsonaro acusa a Lula de “comunista”, como si buscar la justicia social fuera patrimonio exclusivo de los comunistas…

Pese a la ventaja de Lula, muchos brasileños experimentan incertidumbre por las posibles reacciones de Bolsonaro, que tiene una horda de fanáticos dispuestos a todo. Si pierde, muy probablemente será juzgado por corrupción, al igual que buena parte de su familia. El 73% de los brasileños considera que es corrupto.

Su talante de autosuficiencia y desfachatez y sus amenazas de no aceptar el resultado electoral si no le favorece, parece que le está restando apoyos en el empresariado, que se ha pronunciado por “la estabilidad democrática, el respeto al Estado de Derecho y el desarrollo”.

EL HAMBRE, UN BUEN NEGOCIO

La causa de la actual crisis alimentaria no está en la guerra de Ucrania ni en la pandemia del Coronavirus. Esos factores han agravado la crisis, pero la principal causa estructural radica en el dominio que unas cuantas trasnacionales (oligopolios) tienen sobre la cadena agroindustrial de alimentos, cuyo interés no es que haya alimentos para todos sino multiplicar sus ganancias.

La crisis no es de escasez, sino de precios, debido a la especulación financiera de 10 grandes empresas que controlan el mercado alimentario en todo el mundo, desde las semillas a los supermercados, pasando por el comercio de cereales y el procesamiento de alimentos y bebidas. Los precios de los alimentos están hoy en el punto más alto desde 1990, pese a que la producción y las existencias de alimentos almacenados (incluido el trigo) son hoy algo superiores a 1990. Y la escalada de los precios coincide con ganancias extraordinarias de esas empresas.

Un reciente informe de Oxfam señala que el sector alimentario, junto a las empresas tecnológicas, energéticas y farmacéuticas, es el que más ha lucrado durante los años de la pandemia. Empresas como Cargill, Louis Dreyfus, Walmart o Nestlé, han batido todos sus récords de ganancias.

Expertos en el tema hablan de impedir el control y la especulación de los alimentos por parte de esas corporaciones, para lo cual es necesario apoyar a la producción campesina, sostenible y agroecológica y a los mercados locales y nacionales, en sistemas solidarios y socialmente responsables.

INMIGRANTES

Las noticias nos hablan de muertes en el mar, rescates y barcos de las organizaciones humanitarias que llevan cientos de inmigrantes esperando desembarcar.

Casi 700 personas han sido rescatadas en cuatro días en la ruta migratoria hacia Canarias, por donde llegan dos tercios de los migrantes africanos que entran en España. Casi 10.000 han llegado en lo que va de 2022.

Ya ascienden a 1.000 los que han perdido la vida este año intentando llegar a España y Europa.

Mientras tanto, la Unión Europea entrega otros 500 millones de euros a Marruecos, para que siga haciendo el trabajo sucio de frenar la inmigración hacia Europa.

PERÚ, DONDE TAMBIÉN SE CUECEN HABAS

Se sabía desde antes de que llegara a la Presidencia. La derecha más cavernaria no dejaría en paz a Pedro Castillo y ensayaría todo tipo de maniobras para echarlo de ella. Y así ha sido.

La derecha peruana, que ya había desconocido su triunfo electoral, no ha cejado de su intento de desconocerlo desde que asumió la Presidencia hace un año.

Al parecer, el presidente Castillo ha incurrido en numerosos desaciertos en la gestión de gobierno, por lo que ya ha debido enfrentar hasta cinco crisis. Pero otra cosa es la permanente ofensiva que la derecha y los grandes medios realizan contra él, que no le ha permitido tener un día de tranquilidad.

Hasta el momento, sin embargo, no han tenido éxito. Recientemente fue el propio Congreso de la República el que echó para atrás con sus votos el intento por rehabilitarlo y destituirlo. Por el momento…

HAMBRUNA EN AFGANISTÁN

Tras veinte años de guerra y ocupación militar, tras innumerables matanzas y bombardeos, Estados Unidos abandonó Afganistán en el verano de 2021, dejando atrás un reguero de destrucción y muerte. La situación de los afganos no mejoró en esos 20 años, durante los cuales se incrementó el cultivo de amapola y la producción de opio, y ha continuado deteriorándose tras la salida.

Recientemente la BBC dio cuenta de cómo militares británicos y estadounidenses asesinaban a sangre fría a hombres afganos desarmados y detenidos; salían de caza por las noches y, tras las redadas, torturaban y mataban a los detenidos.

A las decenas de miles de civiles muertos (“daños colaterales”), a los millones de desplazados y refugiados, a los centros de detención clandestinos creados por los estadounidenses, se añaden ahora el bloqueo de la ayuda internacional y de las reservas del Estado Afgano en instituciones financieras occidentales, sobre todo en Estados Unidos, que serían necesarias para comprar de alimentos

También se añade el fanatismo estéril, discriminatorio y vejatorio de los talibanes, nuevas autoridades en el país.

El hecho es que 24 millones de personas no tienen acceso a alimentos de forma habitual, y casi cuatro millones de niños no disponen de comida suficiente. Y ocurren casos de padres avergonzados que venden a sus hijas a cambio de algunos alimentos o dan como esposas a niñas de ocho años a hombres mayores. (Tampoco esas prácticas disminuyeron durante las dos décadas de ocupación estadounidense).

PANDEMIA

Los indicadores del Covid en España continúan evolucionando favorablemente. La incidencia acumulada a 14 días es ahora de 246 contagios por 100.000 habitantes. La tasa de ocupación de camas por enfermos de coronavirus se sitúa en el 4,40% y la de las UCI del 4,20% (la mitad que hace un mes).

El total de contagios desde el inicio de la pandemia suma 13.306.301 y los fallecidos 111.906. El promedio de fallecidos oscila en torno a los 35 diarios.