Situado en pleno corazón de los andes Licto es un cantón habitado en su mayor parte por la comunidad quechua, y centro de otras pequeñas agrupaciones indígenas que se avituallan en el cantón.
La población se dedica principalmente a la agricultura reducida a minifundios. Las familias son normalmente de 6 miembros, no es posible generalizar la mecanización y solamente algún vehículo de transporte facilita la unión con la capital.
El proyecto consistió en la construcción de un taller y la adquisición de los siguientes materiales: una cortadora de tela, dos ordenadores, y dos máquinas de tejer que completarían la existencia de otras máquinas tejedoras, que aunque obsoletas, auxilian para el funcionamiento, y completan el trabajo y docencia del centro.
El objetivo de este proyecto era la implantación de nuevos oficios, con el taller profesional que amplíe el campo de trabajo, diferente a la agricultura. Con esta intromisión de oficios se pretendía evitar el éxodo de la población y paliar el despoblamiento.