Este proyecto está orientado a colaborar en un programa de salubridad a través de la construcción de unas fuentes en una zona en la que la contaminación del agua hace estragos, particularmente en la población infantil.
Los niveles de pobreza en que viven la mayoría de países de África merecen nuestra atención y apoyo, concretamente la República Democrática del Congo (Zaire en aquel momento), aparece como uno de los países más pobres y con mayores niveles de violencia en el triste ranquin de este tipo de países.
La información para realizar este proyecto llegó a través de un misionero manchego, nacido en Daimiel, que durante gran parte de su vida trabajó para el desarrollo de este país africano.
Bajar los índices de enfermedad y mortalidad infantil que constituyen una verdadera lacra social, motivada entre otros muchos factores por la insalubridad de las aguas, y construir unas fuentes repartidas en varios puntos con el fin de controlar la contaminación del agua eran los objetivos de este proyecto.