Este proyecto partió de la comunidad de religiosas de María de la Inmaculada. Viendo el número tan grande de gente que se iba a beneficiar de él decidieron ponerse en contacto con SOLMAN para que lo apoyase, lo que se buscaba era proporcionar una gran cantidad de agua durante un amplio periodo de tiempo, producto de primera necesidad en el país y que al ser siempre de dudosa calidad puede provocar un gran número de enfermedades.
Este proyecto quedó englobado dentro de una parte de la misión, consistente en residencia hogar con escuela de formación profesional y escuela de auxiliar de clínica.
Este proyecto finalizó en el año 1998 con tal éxito que actualmente proporciona agua no solo a los estudiantes de la residencia sino que también abastece a toda la población del barrio donde se sitúa la residencia.