Este proyecto tenía como objetivo unir las dos riberas del río Kpandi gracias a la construcción de un puente que permitiera el paso entre los barrios de Kulundé y Komah. Durante la época de lluvias el río crece impidiendo (hasta la construcción del puente) la comunicación entre estos dos barrios de la ciudad y obligando a estudiantes, mujeres, agricultores, trabajadores y enfermos a andar una media de ocho kilómetros. Algunos de ellos prefieren tratar de cruzar el río, arriesgando sus vidas. Después de varios incidentes mortales y accidentes de mayor y menor envergadura, la población se movilizó para conseguir esta construcción a través de fondos procedentes de la cooperación internacional, ya que hasta ese momento el ayuntamiento de la ciudad no se había hecho eco de sus peticiones.